La mercantilización de la vida es signo de nuestros tiempos. Todo es susceptible de ser negociado, intercambiado y atesorado. Incluso se puede guardar como propio lo que podría ayudar a los más débiles a salir de su debilidad. ¿Será tiempo de plantearse una una nueva (vieja) manera de relacionarnos?
¿Qué pasaría si te dijeran que han descubierto la manera de alimentar a todos con bajos costos y así acabar con el hambre en el mundo? ¿Qué pasaría si te dijera que para acceder a esa comida hay que pagar o decirle a alguien que lo haga para que los pobres no sigan con hambre?
Esto es más o menos lo que ha sucedido en la Universidad Nacional del Nordeste, según el artículo Patentan software de enseñanza de la lengua Guaraní . Alguno podría decir que no tiene la misma gravedad, y quizás tenga razón. Pero la lógica es la misma. Una herramienta que permita un mejor aprendizaje está cercada por el elemento económico.
El software en cuestión apunta a dar una mejor dinámica a las estrategias pedagógicas utilizadas para la enseñanza de un idioma que hablan cerca de 5 millones de personas, pero que históricamente estuvo relegado.
Dice el artículo que "El proyecto surgió como un trabajo final de carrera que tuvo por objetivo aportar una propuesta pedagógica de enseñanza y valorización del guaraní, en el marco de la Ley Provincial Nº5598 que establece al idioma Guaraní como lengua oficial alternativa en la provincia, así como el reconocimiento del Parlamento del Mercosur del Guaraní como Idioma Oficial del Mercosur."
Es evidente que no hay ningún cuestionamiento a reconocer la autoría del programa a las personas que han invertido conocimientos y tiempo en el desarrollo. Ni tampoco hay problemas con la necesidad de conseguir beneficios económicos del trabajo realizado.
Es verdad que el producto de la labor pertenece a quien lo ha elaborado, pero en este caso, se trata de un bien social, es decir, un bien que puede ser de un beneficio mayor para una gran comunidad. ¿Cuál es el derecho que debe prevalecer? El derecho a la propiedad y el derecho social entran en disputa.
No se está pidiendo que los guaraníes paguen por esta herramienta pero se pide a terceros que se hagan cargo de los gastos, y donen. Algo así como una obra de caridad, o como se dice en estos tiempos, la "Responsabilidad social empresaria".
¿Qué es lo que se ha patentado? ¿Se tienen derechos de autor sobre qué contenidos? No sobre el idioma, ciertamente. No sobre las imágenes, aunque tal vez se hayan realizado para este software. No sobre las técnicas pedagógicas que son antiguas y se utilizan para la enseñanza de otras lenguas. El reconocimiento de propiedad se basa en que "no existen registros de recursos tecnológicos para aprender guaraní, ni tampoco para otras lenguas nativas"
Quizás sea tiempo de rever nuestra legislación en lo tocante a los bienes sociales. Como dice el texto de “Arte y cultura en circulación: crear y compartir en tiempos digitales” "las sociedades no cambian porque las leyes cambian, sino que, al contrario, las leyes cambian porque las sociedades cambian".
Hay un detalle más que interesante: El trabajo fue realizado en una Universidad Nacional, y este no es un dato menor. En tiempos en que las minorías étnicas están teniendo su reivindicación social, legal, cultural y patrimonial, habría que preguntarse si la legislación mercantilista es suficiente para atender la situación que aquí se trata. El Estado debería ser el primer interesado en liberar productos como éste y hacerse cargo de los costos y reconocimientos pertinentes para que los programadores y demás expertos involucrados puedan seguir con su trabajo sin estar penando por alguna beca académica.
No es por ser pesimista, pero creo que aún estamos legos de que los dirigentes políticos tomen decisiones sobre estos temas si ellos mismos no logran despegarse de la visión tradicional sobre los derechos de autor.
1 comentario:
En la gran mayoría de los países las patentes no se aplican al software e incluso se ha prohibido que el software se patente. Lo que normalmente se le aplican son derechos de autor. Es que las patentes pueden llegar a ser muy dañinas para la industria del software, y de hecho lo demuestran las actuales guerras de patentes.
La noticia en realidad està errada, ya que, por lo que pude ver, en Paraguay el software no es patentable. La protección del software es la misma que la de las obras literarias y otras, pero no se usan las patentes.
El título de la noticia se debe, seguramente, a que muchas veces, en nuestros países del sur, se ve con orgullo nacionalista el hecho de tener una nueva "patente" en el país, sin medir las consecuencias que este sitema tiene sobre los países en vías de desarrollo.
Coincido en que un software como este, con objetivos educativos, debería ser libre y utilizar una licencia GNU o similar, que permitiría que la comunidad se involucrara en mejorar el software para beneficio de toda la sociedad.
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