Hace un tiempo publiqué esta foto que es del 2008 y que fue realizada por alumnas de ese momento: Noelia Saraví, Carolina Frechou y Flor Castiglia
La imagen generó, a su vez otras imágenes mentales, almáticas, cerebrales, corazonales... Y tres personas que aprecio liberaron las palabras que germinaron y florecieron. Alejandro y Bibiana son licenciados en Letras, colegas y compañeros de trabajo; Jorge es un escritor que se las trae, un amigazo del alma. Disfruten
Descalza
Busco huellas en el tiempo.
el andén, descalzo, me persigue,
me recorre, me imita,
frío, gris y turbio olor a soledad.
Bibiana Bader
Sigo tus huellas
hasta alcanzar el punto de partida
que te trajo descalza
hasta esta estación sin destino
Alejandro Bedrossian
Darío, te mando lo que me inspiró la foto.Un abrazo, maestro...
Un par de sandalias
Allí estaba yo en el andén. Hacía frío. Estaba nublado. El tren que no llegaba y se me hacía tarde para la entrevista.
Había estado esperando por semanas que me llamaran y este tren podía hacerme perder la oportunidad.
Al girar mi cabeza para el otro lado del andén, parada sobre el borde de las vías, noté que una nena me miraba fijamente.
En ese momento el tren estaba entrando a la estación. No sé por que volví a mirarla, pero la descubrí mal vestida y peor alimentada, calzando unas sandalias rotas.
No dejaba de mirarme.
El tren pasó muy cerca de mí y me distrajo. Unos segundos después escuché gritos y observé gente corriendo.
Al mirar otra vez hacia el lugar donde estaba la nena, pude ver que sólo quedaban el par de sandalias rotas prolijamente acomodadas al borde del andén, como esperando a su dueña.
No supe qué hacer, me olvidé de la entrevista y comencé a caminar hacia la salida de la estación.
Sólo recuerdo que me acomodé el nudo de la corbata, me cerré el saco y me reconocí escapando una vez más de la realidad que me agobiaba.
Aún hoy, me sigo preguntando por qué…?
Jorge Hermida
13/04/2010
13/04/2010
1 comentario:
Darío, te adjunto lo que me inspiró la foto.Un abrazo, maestro...
Un par de sandalias
Allí estaba yo en el andén. Hacía frío. Estaba nublado. El tren que no llegaba y se me hacía tarde para la entrevista.
Había estado esperando por semanas que me llamaran y este tren podía hacerme perder la oportunidad.
Al girar mi cabeza para el otro lado del andén, parada sobre el borde de las vías, noté que una nena me miraba fijamente.
En ese momento el tren estaba entrando a la estación. No sé por que volví a mirarla, pero la descubrí mal vestida y peor alimentada, calzando unas sandalias rotas.
No dejaba de mirarme.
El tren pasó muy cerca de mí y me distrajo. Unos segundos después escuché gritos y observé gente corriendo.
Al mirar otra vez hacia el lugar donde estaba la nena, pude ver que sólo quedaban el par de sandalias rotas prolijamente acomodadas al borde del andén, como esperando a su dueña.
No supe qué hacer, me olvidé de la entrevista y comencé a caminar hacia la salida de la estación.
Sólo recuerdo que me acomodé el nudo de la corbata, me cerré el saco y me reconocí escapando una vez más de la realidad que me agobiaba.
Aún hoy, me sigo preguntando por qué…?
Jorge Hermida
13/04/2010
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