Podemos abrir nuestra mirada para alcanzar dimensiones de la realidad que se nos escapan.
He aquí un espacio para multiplicar las visiones... y transformarnos.
40 años de educación
Sí, es verdad, las cosas cambian. Hay perspectivas que cambian, conceptos que cambien, prácticas que cambian... ¿Tendremos que acomodarnos a los tiempos que corren?
Es probable que algunas cosas tengamos que repensar
La Autoridad de... ¿quién? En los últimos años, la autoridad docente se encuentra constantemente cuestionada, desafiada y desautorizada… Parecería que se está necesitando un nuevo modo de legitimación… sin embargo, ¿si en vez de refugiarnos en la “comodidad” a la espera de soluciones, comenzamos nosotros (docentes) el cambio? La “Autoridad Docente” ya no puede ser entendida como imposición pero tampoco como inacción… en cambio, podríamos re-pensarla como “reconocimiento” (muy arriesgado?). Recuperar la posición de autoridad debería implicar ser idóneos profesionalmente; poner límites con firmeza y sin exceso, pero, también, sin duda. Tener conciencia de que los errores no nos llevan al fracaso sino al aprendizaje. Sabernos perfectibles, capaces de aprender también, cada día, cómo ser mejores y, por sobre todo, apuntar a la excelencia personal del “saber” y el “hacer”. ¿Se dieron cuenta de que un profesor es visto como “autoridad” por sus alumnos cuando demuestra que tiene conocimientos sólidos y actualizados sobre la materia que enseña y que, además, la enseña de manera tal que los alumnos pueden entender lo que se les presenta? , ¿Han observado que el profesor que permite reflexionar, ver desde otros puntos de vista, opinar, crecer intelectual y sentimentalmente a sus alumnos, adquiere “autoridad” frente a ellos?. Los alumnos suelen “reconocer”, en general, a la autoridad del docente, por estas cualidades. ¿Será este un camino demasiado utópico para modificar "40 años de educación"?... Es sólo una hipótesis… Queda como verdadero desafío para cada uno, en el trabajo de cada día…
1 comentario:
La Autoridad de... ¿quién?
En los últimos años, la autoridad docente se encuentra constantemente cuestionada, desafiada y desautorizada… Parecería que se está necesitando un nuevo modo de legitimación… sin embargo, ¿si en vez de refugiarnos en la “comodidad” a la espera de soluciones, comenzamos nosotros (docentes) el cambio?
La “Autoridad Docente” ya no puede ser entendida como imposición pero tampoco como inacción… en cambio, podríamos re-pensarla como “reconocimiento” (muy arriesgado?).
Recuperar la posición de autoridad debería implicar ser idóneos profesionalmente; poner límites con firmeza y sin exceso, pero, también, sin duda. Tener conciencia de que los errores no nos llevan al fracaso sino al aprendizaje. Sabernos perfectibles, capaces de aprender también, cada día, cómo ser mejores y, por sobre todo, apuntar a la excelencia personal del “saber” y el “hacer”.
¿Se dieron cuenta de que un profesor es visto como “autoridad” por sus alumnos cuando demuestra que tiene conocimientos sólidos y actualizados sobre la materia que enseña y que, además, la enseña de manera tal que los alumnos pueden entender lo que se les presenta? , ¿Han observado que el profesor que permite reflexionar, ver desde otros puntos de vista, opinar, crecer intelectual y sentimentalmente a sus alumnos, adquiere “autoridad” frente a ellos?.
Los alumnos suelen “reconocer”, en general, a la autoridad del docente, por estas cualidades.
¿Será este un camino demasiado utópico para modificar "40 años de educación"?... Es sólo una hipótesis…
Queda como verdadero desafío para cada uno, en el trabajo de cada día…
Valeria Curia
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