El error de la foto

En esta ocasión, les traigo un texto ya publicado, pero "corregido y aumentado", porque las cosas siguen igual y vale la pena pensar en lo que significa esta fecha.

Esta época del año se presta para menzajes de paz y de buenos deseos.

¡Qué bueno es que, al menos una vez cada tanto, haya incentivos para amar y hacer el bien! Lástima que estos mensajes sean en realidad campañas publicitarias destinadas a un mayor consumo (de los que pueden, por supuesto).
En la televisión comienza una seguidilla de películas navideñas en las que la Navidad se expresa en un "espíritu navideño", papá noel (variantes: Santa, Santa Claus, San Nicolás), el Grinch, paz, amor, alegría, buena voluntad, etc., etc.
Pero, ¿qué hay del origen de la navidad? ¿Por qué se celebra? Te propongo un juego: Pensá bien, concentrate, mirá con lupa, buscá en diccionarios.

¿Cuál es el error de la foto?


Si descubriste el error ¡Felicitaciones!
Fuera de broma, parece que hoy es necesario redescubrir el significado de esta fecha tan querida para nuestra cultura. Ya está asimilada a la época del año en que nos saludamos con un "felices fiestas", sí las dos. Son dos encuentros equivalentes para hacer lo mismo, incluso el brindis y los cohetes de las doce de la noche. Dos encuentros tan iguales que son casi intercambiables salvo por el tema de los regalos en el arbolito.

Volviendo al tema de la foto, el origen de la navidad es muy humilde. Tiene que ver con un nacimiento en una familia de obreros en un zona pobre del mundo de ese entonces. Este nacimiento no se transmitió por la televisión ("en el diario no hablaban de ti"), y sin embargo era el acercamiento mayor que Dios quiso tener con los hombres. Un acontecimiento único en la historia.

Dios quiso padecer hambre, cansancio, disfrutar de fiestas, de amigos; sentir tristezas, alegrías, decepciones y esperanzas; vivir lealtades y traiciones.

Con todo esto, se convirtió en un Dios que sabe en carne propia lo que vivimos, lo que nos pasa. Se convierte en un Dios tan cercano que también es de carne y hueso como vos y yo. Nadie se esperaba un acto de amor tan grande.
No dejes que pase este 24 sin hacer referencia o memoria de este hecho. Tal vez, a alguno se le ocurra que recordar es algo poco festivo, pero es que esto es lo que pasó y la razón de que podamos alegrarnos en que hay esperanza para quien busca respuestas, perdón para quien se siente responsable de sus errores, vida para quien se ve ya sin fuerzas.
Que no pase la oportunidad de que te encuentres con el Dios que con los brazos abiertos dio su vida por vos y por mí que dijo: "quien a mí viene yo no lo hecho fuera"
Un abrazo.

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La inseguridad no es una sensación

Hace pocos días el diario La Nación, de Buenos Aires, Argentina, tituló un editorial: "La inseguridad no es una sensación". Me quiero ocupar sólo del título de la nota, en razón de que toda la argumentación del artículo gira en torno a lo que está expuesto aquí abajo.

Resulta curioso el uso de las palabras en los títulos de este tipo. En primer lugar, porque la seguridad o inseguridad son sensaciones por definición. Por ejemplo, un niño no siente inseguridad en situaciones en las que hay grave riesgo, pero por desconocimiento no tiene al peligro como posibilidad. Lo mismo, al revés, el abrazo de una madre trae alivio al hijo aunque se encuentre en una situación difícil. No hay relación directa entre peligro potencial y la percepción que tenemos del mismo.

El uso que los grandes Medios de Comunicación hacen de los datos es discrecional y colabora con los intereses que éstos representan. En la película de Michael Moore "Bowling for Columbine", un investigador cuenta cómo en un año, en una ciudad estadounidense, bajó el índice de robos y muertes pero, a la par, habían subido la cantidad de notas sobre delitos en la TV. Desgraciadamente, en Argentina no contamos con muchas investigaciones al respecto.

La sensación de inseguridad se forma en relación a los conocimientos que tenemos y al flujo de información a la que estamos expuestos a diario. Cada tanto, por ejemplo, se deja escuchar la frase "en la época de los militares, estas cosas no pasaban", lo cual deja constancia del convencimiento que produjeron los medios (en manos de las Fuerzas Armadas) y el desconocimiento de los hechos que ocurrían de espaldas a buena parte de la población.

Debemos tener cuidado con la información que consumimos. Cada palabra es elegida cuidadosamente, porque ellos saben que si no lo hacen, de todas maneras van a transmitir ideas más allá de los dicho. Medir las palabras, comparar medios, evaluar quiénes son los que producen los discursos de los medios es más trabajoso, es verdad. Pero hacerlo nos convierte en ciudadanos responsables e inteligentes para así dejar de guiarnos por "sensaciones".