Ver al amigo

Vista desde el espacio, la tierra es un lugar uniforme. Todos estamos en el mismo mundo. Pero el astronauta no verá rostros, vidas, situaciones cotidianas. A tanta distancia, las barreras que construimos con los otros hombres y mujeres se descubren artificiales, creadas para dejar a los otros que no queremos ver o escuchar fuera de nuestro alcance. Pero para descubrir que los otros están cerca, esta distancia es enorme, atroz.


Así, los amigos son una entidad abstracta, sin nombre, sin identidad, somos todos, no es nadie.
La visión espacial no nos dice qué hacer por este amigo, quién necesita de nuestros brazos, de nuestro pecho, de nuestro apoyo. Y muchos necesitan... se me ocurre cuántas necesidades se podían suplir con los millones de dólares que se gastaron para llevar al astronauta al espacio.
Al amigo que está tan lejos se lo ve desde un sillón, frente a una pantalla de televisión como parte del espectáculo. Y como en todo espectáculo, nos disponemos pasivamente a recibir lo que se contruya delante nuestro, dejar hacer, que el mundo fluya ante nuestros ojos que el otro realice para mí.

Que el amigo sea el otro, ese otro que ya es parte de mi mundo o aquél que está lejos, que tiene carencias, pero que es abstracto porque está en la televisión o escondido el la imagen de un planisferio. Que otros se muevan para ser amigo.

Hay otra posibilidad. Ser amigo desde una actitud activa.
En lugar de "vivir y dejar vivir", en lugar de "yo no le hago a los demás lo que no quiero que me hagan a mí", podemos ponernos en la posición de atacante y ser amigo.
Jesús revolucionaba al mundo con una regla desafiante "Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes."
Así, el amigo es aquél a quien puedo prestar atención, recibir, abrazar, amar, dar mi tiempo, dar consuelo, dar consejo, mirar en su necesidad, aunque esta persona no sea parte de mi mundo.
Propongo extender la idea de amigo a la de hacerte amigo, de acercarte a quien necesita, de quien sea y ser la mano de Dios que suple la necesidad.

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