De la Revolución de Mayo


“El pueblo quiere saber de qué se trata” es la consigna que la tradición nos marca como lo que buscaban los revolucionarios de 1810. No sabemos si la frase realmente existió en esa época, y sabemos que “el pueblo” significaba solamente una porción muy pequeña de la población de una ciudad formada por gente de muy diferente condición social y cultural.

Pero de todas maneras, saber de qué se trata es entender de donde surgen las decisiones de los poderosos que al final de cuentas nos afectan a todos. En épocas en las que unos pocos planeaban a su conveniencia el destino de un territorio y de la población, ésta permanecía ajena a la información y era privada de la posibilidad de opinar al respecto. Los monarcas manejaban los hilos del mundo beneficiando el patrimonio de muy pocos poderosos.

Pero la lucha comenzaba. Con muchas diferencias entre ellos, los revolucionarios de mayo buscaron ser los forjadores de sus propios destinos y los autores de sus propias decisiones. Estas ideas fueron llevadas al resto de las provincias para poder constituir un orden local que fuera fuerte para resistir el poder real español. Algunos querían el control para pequeños intereses personales, pero otros soñaban también con la plantación de una nación libre, justa y soberana. Incluso fueron capaces de dar sus vidas por esta causa.
Primero se obligó al virrey español a renunciar a su cargo. Luego comenzó la lucha armada para llegar a todos los rincones del antiguo virreinato.

Saber de qué se trata es dejar de estar al margen, saber de qué se trata es luchar por un ideal que se quiere alcanzar entre todos. Saber de qué se trata es jugarse por un proyecto y la esperanza de un proyecto que es posible realizar. Sabemos que de la mano de Dios podemos llegar a transformar el sistema en el que estamos metidos, buscando la justicia y la paz. Y bien sabemos que si primero no hay justicia, nunca habrá paz.

Pero, no se puede saber de qué se trata quedándonos sentados esperando que nos traigan soluciones, desperdiciando nuestro tiempo y nuestras vidas y olvidando que cuando no estudiamos, cuando no trabajamos, cuando no nos esforzamos le estamos dando a otros la capacidad de decidir por nosotros y así estar, otra vez, sometidos a la autoridad de algún poderoso.
Porque es vedad que las ideas de la revolución no surgieron de en medio de la ignorancia y la vagancia, sino de hombres que se pusieron a estudiar y leyeron los pensamientos más libertarios de su época. En sus épocas de estudiantes, hombres como Belgrano y Moreno conocieron los textos de pensadores como Rousseau, que cambiaría su modo de ver el mundo para siempre. Pudieron entender así “de qué se trata” .

El sistema siempre te ofrece opciones para la ignorancia y la dejadez, es más fácil manejar al que nada sabe. Pero es tiempo que vos no le hagas el juego a los poderosos, que tomes la posta que nos dejan los hombres de mayo, su ejemplo de esfuerzo, de trabajo, de estudio, de entrega por otro, y que vos... sí vos, seas de esos que saben de qué se trata.

EL POTRERITO

Queridos amigos:

Tengo el honor y el agrado de poner en este lugar un texto de mi querido amigo Jorge Hermida. Yo creo que es un crack (después me vas a entender) y que merece que le expresemos el reconocimiento por su sensibilidad y su talento. Gracias por el cuento. y aquí va.




EL POTRERITO

-¡Dale… Dale…! ¡Pasá la pelota de una vez, morfón! …
Siempre era igual, el Colorado se pegaba la pelota a los pies y no la pasaba nunca. Era lógico, era el más habilidoso. Pero no era justo, todos queríamos jugar.
Ese día el partido se puso bravo, los otros eran buenos y pegaban bastante. Pero el Colorado andaba iluminado y a Clemente, nuestro arquero, ese día le aparecieron las manos, porque se atajó todo lo que le tiraron.
-¿Sabés, viejo?... Ese día en el potrerito me cayó la pelota justo en el pie derecho, estaba en el medio de la cancha y con un tipo marcándome de atrás. No sé como hice pero “hamaqué” el cuerpo y me puse de frente al arco y me salió un pelotazo que hizo un globo en el aire y fue a pegar en el ángulo. Bien lejos del arquero, que miraba sin creer que la pelota no se hubiera ido hasta una nube.
Te lo cuento, por que me sorprendió tanto como al arquero contrario; hubiera sido el gol de mi vida… pero no importa fue un zapatazo impresionante y bien al ángulo.
Nunca más me salió, pero que me haya pasado esa vez me hizo sentir que podía hacerlo en cualquier momento. Que no era imposible y que no había que ser un “crack” para lograrlo.

-¿No te parece, viejo?



Jorge Hermida

Bibliotecas digitales para ciencias sociales

En la era digital, la sociología, la filosofía, la antropología y otros ías más no podían faltar en el ciberespacio. Encontré algunos sitios que tienen buenos materiales para lectura y consulta.
Paso las direcciones:
http://www.nombrefalso.com.ar/?opcion=apuntes

http://caosmosis.acracia.net/

http://www.cholonautas.edu.pe/

Son bibliotecas digitales con libros clásicos y artículos de ciencias sociales. Ojalá te resulten útiles.

Darío

Arte cósmico y vida

Amigos:

Quería invitarlos a visitar un blog que abrieron dos artistas que tienen como característica especial que hacen arte entre los dos. Con estilos totalmente diferentes se amalgaman para realizar obras realmente hermosas. Les pido que visiten y compartan a otros lo que hacen esta gente tan querida para mí en http://www.artecosmicoyvida.blogspot.com/

Darío

Contrageografías

Un mapa es una expresión del mundo en que vivimos.

A lo largo de los siglos los mapas se han dibujado para orientar a los viajeros y para ubicar lugares de la tierra.

Pero debemos percatarnos de que un mapa, en especial, los planisferios son proyecciones sobre el plano de un cuerpo esferoide (perdón, geoide). ¿Cómo proyectar una esfera sobre un plano?

Lo cierto es que la historia de los mapas nos muestran la historia de las ideas, los valores y los poderes de quienes los realizaban.

Todos estos mapas describen, no la tierra, sino "su Tierra", la de quienes los diseñan. Todo lo que quedaba fuera de su configuración era terra incognita. Lugares de bárbaros y de monstruos horripilantes.


Así es que América recibe el nombre de un cartógrafo que registra el continente y que hace que el Nuevo Mundo adquiera existencia para Europa (aunque, obvio, ya existía).

Luego vienen mejores mapas con proporciones extrañas pero que por el uso se nos hacen naturales. Así la proyección Mercator suele ser la que tenemos en mente cuando imaginamos la extensión de nuestro mundo. Es notable lo pequeña que se ve Latinoamérica en comparación con otras áreas que en realidad son de extensión reducida, pero más importante que nosotros. Disculpen la ironía.

Si te fijás un poco, podrás observar que el Ecuador está desplazado hacia abajo, lo cual produce una deformación de proporciones y realza las dimensiones en el hemisferio Norte.

Existen otros sistemas de proyección que logran mejor fidelidad o no, según con qué fin se desarrollen

Pero, este es solo un aspecto. Hay otros mapas que se diseñan a partir de otros parámetros. Por ejemplo podemos realizar una nueva configuración de nuestro mundo poniendo centro y atención en las zonas más ricas y poderosas del mundo en donde la mayor cantidad de riquezas se acumula en una minoría de manos.

Esta topografía particular nos habla de nuevas fronteras que se hacen infranqueables para quienes quieren atravesarlas sin ser invitados. Hay nuevos muros que son bien resguardados por fuerzas de seguridad (p. ej. Tijuana o Gibraltar) para que el mundo de la opulencia no sea invadido por quienes reclaman un reparto más justo de las riquezas de nuestro planeta.

La globalización abrió la puerta para la libre circulación de bienes y capitales, pero no quedó abierta para quienes trabajan en la producción de estos bienes.



En distintos sitios de las zonas inhabitadas de los cinco continentes, muros, cercas y vigilancia de frontera con tecnología de punta están siendo construidos con el propósito de dar seguridad a los ciudadanos y presevar sus altos niveles de vida bajo este sistema (Hay un artículo muy interesante publicado por el INTI que habla de esto -para leer el artículo, hacer clic aquí-).

¿Cuál es el mapa que hay en nuestra mente? ¿Cuáles son los límites que nos imponemos cuando miramos al prójimo? Hay quienes han puesto un cerco a su vida cotidiana para alejar sus temores a fuerza de murallas, alambres de púas y guardias armados. Se sienten tranquilos en sus territorios soberanos en los que la pobreza y la fealdad de la necesidad no pueden entrar. Establecen territorios en los que no es necesario dolerse por la pobreza porque está lejos y solo llega a sus casas en las pantallas de LCD cuando miran Policías en Acción. El discurso de los medios nos llama al consumo y al placer personal ignorando al otro, al prójimo (próximo) que tenemos a menos distancia de lo que nos acostumbramos a ver.


Vista aérea de un barrio privado con sus chalets, parques y piletas de natación, separados solo por una pared de un barrio pobre del Gran Buenos Aires

Al abrir nuestros ojos al mundo que nos rodea podemos crear contrageografías que den batalla a los supuestos naturales con los que nos movemos día tras día. Podemos establecer puentes de contacto y acercamiento con los que más necesitan de una palabra de aliento, de un gesto de amor, de nuestro involucramiento personal.

Mientras rogamos que quienes deben hacerse cargo desde el poder de una distribución más equitativa, lo hagan, podemos empezar nosotros. Nuestros mapas pueden ser quizá mapas nocturnos, es decir, tenemos un mapa pero está oscuro y no sabemos por dónde ir. Pero tenemos una linternita para alumbrar aunque sea un pequeño espacio por vez. Pero en la medida que nuestras acciones no sean meramente individuales sino que nos transformemos en una comunidad que alumbra, llegará el momento en que se puede establecer una mirada nueva, inclusiva, con menos barreras ante quienes fueron creados iguales a nosotros por un Dios que no tiene favoritismos con nadie, y que a quien se le acerca, El no lo echa afuera. Por lo tanto, nosotros tampoco.

Un abrazo.
Darío