Escritores de hoy

Tengo la alegría de anunciar en este espacio que mi querido amigo Jorge Hermida fue seleccionado en un concurso de la editorial "De los cuatro vientos" para publicar algunos de sus escritos en una antología que edita la casa mencionada.

Felicitaciones querido Jorge.

El libro ya ha salido a recorrer librerías para que todo amante de la lectura pueda conocer a quienes escriben en la Argentina de Hoy, y no están consagrados (todavía).

En esta oportunidad publicamos aquí un cuentito de Jorge (que no está en el libro) para que lo vayas conociendo.


El Aniceto


-¿Quién levanta este muerto?, pregunta el Aniceto, golpeando el bar, viendo que se levantaban los parroquianos para irse.
Encara al grupo y se abalanza sobre uno de ellos quien al darse vuelta, dejó ver que en su cara estrecha lucía una afilada nariz con la que parecía picarle a uno y que sus ojos grises habrían podido horadar una piedra sin inmutarse. Luego de la sorpresa, el Aniceto retira su mano del fulano en cuestión y le recuerda que debe abonar la cuenta. El fulano le arroja un billete sobre la mesa y se retira sin mirarlo.
Luego de hacer la caja y cerrar el boliche, se retira a su casa sin advertir que una sombra seguía sus pasos. Al llegar a la puerta de su casa, lo sobresalta un mal presentimiento y gira su cabeza. Al no ver a nadie, decide entrar y cuando está por hacerlo, una mano fuerte se interpone y lo empuja hacia el interior.
-¿Quién sos?, llega a preguntar antes rodar por el suelo y perder el conocimiento.
Una luz muy fuerte golpea sobre sus ojos y trata de taparla con sus manos, pero está atado de pies y manos.
Está solo y asustado.
De pronto el ruido de la llave lo sobresaltó.
Reconoce al fulano, quien se dirige a la mesa y vacía una botella de vino barato en su garganta para luego, con el último trago, escupirle la cara y, sin mediar palabra alguna, arroja un billete gastado sobre la mesa y luego lo libera.
Al salir de la casa le dirige la última mirada al Aniceto quien temblando de miedo alcanza a adivinar un dejo de desprecio en la voz del fulano: - “Quizás la próxima vez me trates mejor…”.
La puerta se cierra quejándose una vez más por la falta de grasa y el Aniceto con esperanza y vencido por el cansancio se quedó dormido sobre el piso.

Jorge Hermida


Ya tenemos en este blog otro cuento de Jorge Hermida que puede leerse en http://noesunapipa.blogspot.com/2008/05/el-potrerito.html




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